Llegaba tarde a trabajar como de costumbre, tenía que subir los cinco pisos de la obra, subió con cierta desgana.
-Ya era hora-le dijo su compañero, -El dia que llegues temprano esta obra estará acabada.- El asintió con la cabeza y no le miró con buena cara, dejó su mochila en el suelo y se quitó la chaqueta, tenía que rellenar el techo y taparlo con unas tablas.
Se puso a cortar los tablones con la sierra no le agradaba mucho pero esto le tranquilizaría un rato, no sabía porque pero el ruido de la sierra cortando siempre le había relajado por lo menos hasta que llegara la hora del descaso.
Era la hora de la merienda, dejaron de trabajar y abrió la mochila con desgana pues sabía lo que le tocaba
-Joder, siempre lo mismo-.Era la comida que le había preparado su mujer.-Bueno algo es algo pensé que no me habría preparado nada después de lo de anoche-.Dijo más alto de lo que pretendía mientras sacaba el taper con las albóndigas precocinadas.
-Ya te dije yo que deberías haberte venido conmigo-.dijo su compañero sacando la deliciosa carne con patatas, seguramente también preparada por su mujer.-Las dos de la mañana es suficiente para un miércoles si además hay que trabajar jejeje-.
-Ya… pero por lo menos podía aprender a ¡cocinar!, quince años y todavía no sale de las latas precocinadas-, dijo metiendo una insulsa albóndiga a la boca.
-Es que tu mujer me prepara la comida mejor que a ti-, dijo su compañero para hacerse el gracioso.
Siempre había odiado a su compañero una buena mujer, no sabía si era buena pero a él con en esa figura sinuosa que tenia le hubiera bastado, buenos hijos y una casa que para él era una mansión, bueno más que odiarle lo que sentía era envidia…sí, porque siempre estaba tan feliz, no lo entendía y eso le cabreo aun más y nublándose la mente cogió un ladrillo y se la tiró a la cabeza. No le dio aunque falló por muy poco…
-¿pero qué haces, es que eres IMBECIL?-le grito su compañero,- Podias haberme hecho una brecha anda comete esas albóndigas antes de que esto acabe mal
-Lo siento tío, no sé lo que me pasó, hoy no es mi día-, dijo mientras se levantaba y cogió el ladrillo para volver a las albóndigas… de pronto se quedo ahí de pie mirando el ladrillo fijamente mientras una idea se le paso fugazmente por la mente quería terminar con esto de una vez… sus ojos empezaron a empequeñecerse como si solo fueran unas rendijas, se giro.
-Oye ti..-vio como su compañero más nervioso de lo habitual se dispuso con la mano izquierda a coger el martillo y sin pensarlo dos veces le golpeó en la cara con todas sus fuerzas una vez y otra y otra y...¿Qué estaba haciendo?!!! ¿tenia que parar?!!! Pero algo dentro de el que ahora mismo controlaba su cuerpo solo quería dar y dar y dar….
Se apartó y vió como esa masa informe que antes fue compañero sangraba, primero se retorció pensó que de dolor pero en ese estado poco podría sentir, luego unos pequeños espasmos cosa que le hizo reírse.
-JA JA JA JA JA JA-, hacia tiempo que no reía-, ¿Cómo podía reírse en un momento asi?? sabia que uno cuando estaba al borde de la muerte solían darse pequeños espasmos o eso había visto en esa serie de criminales por la tele pero nunca lo había presenciado y finalmente su compañero murió , de pronto como si hubiera tomado el control de su cuerpo intentó reanimarlo pero ya era inútil, sabia que estaba muerto… espera…¿¿¿ lo había hecho para reanimarlo??? ¿¿O para asegurarse de que estaba muerto??…Se quedó paralizado ¿qué hago?
se preguntó una y otra vez, ¿llamar a la policía? no, por mucho que intentara explicar lo sucedido se había ensañado lo suficiente para que no le creyeran iría a la carcél. Esta idea aunque agria no le asusto mucho… sabia que iria a la cárcel cosa que no le desagradaba en absoluto siempre supo que terminaría allí pero pensó que los cargos serian diferentes… y si lo hago mas interesante pensó?...
Se asomó a la obra y vio que no había nadie, cogió el cuerpo de su compañero lo enrollo en el plástico para tapar las paredes varias vueltas sabia que el cuerpo empezaría a oler pero no quería que lo pescaran antes de lo que él quisiera y lo metió en el hueco del techo allí estaría bien y no sería difícil de encontrar llegado el momento oportuno, de repente oyó un coche acercándose, era el capataz de la obra.
-MIERDAAAA!!!-, gritó,- siempre viene sobre las doce ¿Qué tripa se le habrá roto?-.
Cogió el plástico del suelo con la sangre, lo arrugó y lo metió en el hueco, lo rellenó de yeso y clavó las tablas que faltaban, todo perfecto ni que lo hubiera planeado él era un genio siempre lo había pensado….
Subió el capataz hasta el piso donde estaban y le preguntó
-¿Y Ramírez?-, pregunto el capataz un poco extrañado siempre era el primero en llegar y él ultimo en irse y era muy raro que hoy no estuviera,- Me llamo hace una hora me dijo que era importante ¿sabes de que se trataba?-.
-Ha llamado su mujer señor-,contesto fríamente.-Al parecer su hija estaba enferma y se ha ido a recogerla-.
-¿Hacerme venir para eso? Menudo imbécil-, contesto el capataz algo cansado por la subida de los cinco pisos.-bueno espero que no sea nada grave, voy a ver por dónde anda-.
De pronto una idea se le paso por la cabeza se dio la vuelta y cogió el martillo mientras volvía a por mas tablas, voy a necesitar mas tablas… mas tablas si…
El capataz que vio como se marchaba pensó “mira por lo menos esta trabajando que raro…” sacó su móvil y empezó a marcar el numero de Ramírez que inmediatamente sonó muy cerca una melodía desde el techo.